miércoles, 14 de mayo de 2014

Plurinominales ad perpetuum…

En el Palacio Legislativo de San Lázaro se llevó a cabo este miércoles 14 de mayo la sesión de instalación del Congreso General, con lo cual inicia el periodo extraordinario de sesiones para abordar temas en materia político-electoral. De manera paralela, las comisiones unidas del Senado de la República aprobaron por mayoría los dictámenes de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y la iniciativa de la Ley de Partidos Políticos, que conforman las leyes secundarias que reglamentarán la reforma político-electoral.

                A lo largo de estas semanas la discusión se ha centrado en temas controversiales como el prorrateo como mecanismo de financiamiento de campañas; el modelo de comunicación política y el papel de las televisoras; así como la reglamentación de candidaturas comunes. Sin embargo hay un tema que ha pasado de largo en la discusión del Congreso: la reglamentación de la reelección legislativa.

                La reforma constitucional de 2014 introduce, por primera vez desde 1933 esta figura. Los senadores podrán ser electos hasta por dos y los diputados federales hasta por cuatro periodos consecutivos. El gran desencanto para la ciudadanía es que la reelección queda supeditada a la voluntad de las dirigencias partidistas, pues de acuerdo al art. 59 de nuestra muy reformada carta magna, la postulación para que un legislador se reelija “sólo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que los hubieren postulado”. Frente a ello quedan marchitas las esperanzas de fortalecer los vínculos y la rendición de cuentas entre ciudadano y representante.

                La figura de reelección legislativa que contempla la reforma política no sólo es conservadora y tiende a preservar el status quo, sino que además no corresponde a la composición real del Congreso, en el que hay legisladores de mayoría, de representación proporcional y, potencialmente, diputados surgidos de candidaturas independientes. Sin duda, el caso más preocupante es el de los legisladores plurinominales; los cuales, si no se especifica en las leyes secundarias lo contrario, podrán repetir su periodo legislativo por 12 años, sin haber pasado, ni una sola vez, por las urnas.


                Frente a dicha posibilidad, el 40% de los diputados [200 de 500] podría perpetuarse en su cargo sin beneficio alguno a la ciudadanía, sólo por cumplir con diligencia las directrices de su partido. Ante esta posibilidad la reelección legislativa no sólo obstruiría la renovación de elites políticas, también afectaría la [por demás dañada] representatividad política del Congreso, al contar con legisladores que puedan repetir por 12 años consecutivos su puesto, sin que su desempeño se encuentre sujeto a la evaluación ciudadana. Si quieren repetir, al menos deberían asegurar que las listas de candidatos plurinominales sean abiertas, tal como ocurre en muchas democracias avanzadas del mundo, donde el ciudadano y no el partido, es quien elige. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario